Día de trabalenguas esenciales. Te invito a mirar qué te pasa cuando vos no sabés o quienes te rodean no saben.
Entender tu propia mirada ante el no saber, es esencial porque sólo puedo aprender desde el no saber, y si puedo declararme ignorante. La ignorancia es la base necesaria para el aprendizaje.
¿Cómo te paras como persona y como líder ante el no saber? ¿Cómo se paran tu equipo y tu organización? ¿Cómo vivís el no saber? ¿Qué te genera? ¿Es una amenaza? ¿Se pone en juego tu imagen pública? ¿Tu autoestima y tu valor? ¿Qué sentís cuando no sabés? ¿Miedo, vergüenza, enojo, curiosidad, ambición de saber, deseo, pasión?
Las emociones son predisposiciones para la acción. Desde un no saber que me genere miedo vergüenza o enojo, difícilmente quiera admitirlo y posiblemente me sienta vulnerable y a la defensiva. Y desde ese lugar, puede que no pida o busque ayuda.
Desde un “no saber” que me genere curiosidad, ambición de saber, deseo o pasión, puedo conectar con mis recursos, puedo hacer preguntas, puedo buscar maestros, coaches, capacitaciones. Puedo compartir mi no saber como un desafío, con ganas de aprender, con alegría de lo nuevo.
Entender como líder, como padre, como colaborador cómo te parás ante el no saber es esencial pues esa parada es la que va a potenciar o limitar espacios de crecimiento. ¿Tendrías que hacer algo diferente en algún ámbito para permitir mayor aprendizaje? ¿Qué podés hacer para permitirte y permitir y fomentar el aprendizaje?
Identifica tu relación con el no saber. Trascendela. Liberate y aprendé todo aquello que necesites con ambición y libertad. ¡Viví el no saber como una oportunidad y conectá con el privilegio de poder aprender!
por Fabiana Mejalelaty