Lo obvio

Regularmente en conversaciones de coaching, mis coachees alegan: “Pero es obvio que el respeto pasa por copiar a todos cuando se manda un mail”. “Es obvio que si encargo un producto a un proveedor este debe entregármelo a domicilio.”

Cada vez que nos paramos en “lo obvio” como mirada en el mundo, lo más probable es que entremos en conflictos con los demás. En este artículo quiero mostrarte por qué pasa esto y cómo podemos evitarlo.

Muchas veces lo que consideramos obvio, palabras que en si mismo son abstractas o que pueden tener infinitos estándares. Sin embargo, sin darnos cuenta, pensamos que todos compartimos el mismo estándar. Tomemos un ejemplo: el respeto.

Pero ¿qué es el respeto? ¿qué acciones tiene que hacer alguien para que yo lo considere respetuoso? ¿qué acciones para que yo lo considere irrespetuoso? ¿cómo puedo estar tan tan tan seguro que el otro ve el respeto igual que yo?  Podemos buscar un ejemplo diferente: es una persona sumamente fría. ¿cómo son las personas frías para mí? ¿qué hace que para mí una persona sea cálida? ¿cuándo para mí una persona cálida pasa a ser pesada o pegajosa? ¿cuál es el límite entre cada una de estas definiciones?

Cuando converso sobre esto, algunos coachees se refugian en que es obvio como el mundo debe ser mirado, y si bien les es fácil admitir que no es obvio cuál es la torta más rica, si el lemon pie o la torta de chocolate, no pueden ver que no es obvio cuáles son los estándares que debe cumplir un proveedor para ser buen proveedor.

En muchas ocasiones, podríamos decir que un buen proveedor es aquél que cumple exactamente con los tiempos. Sin embargo, en ciertos escenarios, para nosotros puede ser un buen proveedor el que nos deja ir modificando las especificaciones hasta último momento, y que si bien se demora la entrega, yo me quedo sumamente satisfecho pues fue flexible conmigo. Qué sería bueno entonces, ¿ser flexible? ¿cumplir estrictamente? ¿será siempre la misma la respuesta?

¿Cuál es la salida de la trampa de lo obvio?

Una posible salida salida es buscar dar contexto y ser explícito en mis pedidos y expectativas. Si yo aclaro con el proveedor mis expectativas cada vez, poniendo estándares, especificaciones, haciendo explicito todo aquello que espero y cómo lo espero, podemos salir de la idea de “lo bueno”, “lo malo”, “lo adecuado”, “lo evidente” y hacernos cargo de ser explícitos para lograr los resultados que queremos.

¿No es obvio que este es el mejor camino? (sonrisa irónica)

por Fabiana Mejalelaty

 


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