Compartimos unas breves reflexiones que hemos aprendido a lo largo de los años reclutando y desarrollando líderes ejecutivos.
Sin un orden de importancia son:
- No se recluta a un CV, se recluta a un ser humano.
- Es preferible entender a la gente antes que juzgarla. El carácter se forma y refina a lo largo del tiempo.
- El “track-record” de un ejecutivo es una cuestión de contexto. No siempre es claro y lineal el causa-efecto de las decisiones que se tomaron, el contexto tiene un impacto muy relevante.
- La alineación en valores y visión es muy importante. Se debe testear el “fit” cultural, pero al reclutar se debe buscar gente que “sume/potencie” a la cultura.
- Muchas veces es más valioso la motivación para aprender que el conocimiento “per-se”. Es muy relevante entender como se reacciona y se aprende de los errores.
- Ver si la persona tiene el nivel de energía y entusiasmo por la ejecución (hacer cosas en lugar de hablar).
- Los líderes de “teflón” no sirven, se deben buscar líderes que se adueñen de las situaciones, no que busquen culpables. Tampoco es un juego de buscar quien tiene la razón, sino que es lo correcto.
- Cualquier ejecutivo puede analizar situaciones, pocos pueden resolver problemas en un contexto de ambigüedad. Muchos ejecutivos son inteligentes, pero pocos son curiosos e innovadores.
- El azar tiene una incidencia más importante que el que creemos en el éxito de muchos ejecutivos.