Stalin y la reescritura de la experiencia profesional

Stalin fue uno de los precursores del Photoshop en la década del 20. Múltiples fotografías fueron modificadas (con el uso de un escalpelo y aerógrafos) con fines propagandísticos y de reescritura del pasado. Stalin busco eliminar de la historia a las personas que “cayeron en desgracia” (término utilizado para referirse a antiguos comunistas miembros del Partido que fueron “purgados”) y borrar toda relación posible que éstos hubieran tenido con el Partido, en aras de limpiar la imagen de éste.

En mi trabajo diario de Reclutador de posiciones Ejecutivas, encuentro muchas veces Résumés/CVs o perfiles de Linkedin con información “adulterada”. En general con una perspectiva generosa en temas de nombre de posiciones (una posición de gerente se convierte en director, un director en VP), en el alcance de las responsabilidades o incluso en el tamaño del negocio a cargo. A nivel estudios, la adulteración puede llegar a terminar una carrera profesional incompleta o sumar un postgrado inexistente.

En algunos casos la adulteración se transforma en una “reescritura” de la experiencia profesional, donde compañías son purgadas directamente de la historia profesional o fusionadas con otras empresas o emprendimientos.

Con estas acciones se buscaría eliminar supuestas malas decisiones de carrera o fracasos profesionales.

Me surgen dos reflexiones sobre los ejecutivos que “reescriben” su historia profesional. Primero, transmiten un ego profesional que les inhibe aprender de los errores y compartir en forma honesta quienes son y lo que han experimentado. Segundo, demuestran un actitud “naive” que no resiste un chequeo serio de referencias o minimamente una búsqueda en google.

Uno de los desafíos más relevantes del reclutamiento profesional es detectar a los “falsos positivos”. Son candidatos que lucen con alto “fit” para una posición, pero que al escarbar en más profundidad se encuentran inconsistencias e información falsa.

por Gustavo Wurzel


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