Muchas veces entramos en conflictos y no sabemos muy bien por qué. ¿Qué pasó que esto que dije nadie lo discute, y esto otro que digo genera controversia?
Cuando digo: “Yo soy puntual”, ¿es una “verdad”? ¿es una opinión (técnicamente, un juicio)?
Cuando digo “Yo soy puntual”, estoy dando una opinión sobre mi accionar. Puede estar muy bien fundamentada, pues puedo demostrar que las últimas 100 veces que llegue a un lugar, llegué exactamente a la hora en que tenía acordado con otra persona llegar. Esta “demostración” casi como en matemática cuando demostrábamos un teorema, es la fundamentación de la opinión, del juicio que hago sobre el ser puntual.
Cuando digo: “Hoy es lunes”, no estoy dando una opinión, sino que estoy describiendo una situación que en nuestra cultura todos debiésemos ver igual (sobre todo si estamos en la misma región y compartimos el mismo huso horario).
La cosas se complican bastante más, cuando hago juicios como: “No es justo que mi jefe me pida esto”, “Me parece un abuso que me pidan una revisión más del diseño”, “No sabe comunicarse, dice todo por mail”, “El equipo no me escucha, yo digo las cosas y no me escuchan”. ¿Te suena familiar?
Para empezar a ver la complejidad del tema, basta con preguntarnos: ¿qué es lo justo y lo injusto entre un jefe y un reporte? ¿cuántos diseños son razonables y a partir de cuantos son un abuso? ¿decir por mail es no saber comunicarse? ¿cómo sé si me escuchan o no? ¿qué tendría que pasar para yo sentirme escuchado?
El trasfondo de estos razonamientos es que aquí entramos en el terreno de los juicios, donde ya no podemos usar el criterio de es verdad o no es verdad. Y resuenan en mis oídos las frases de mis coachees diciendo: “Pero si, es verdad, lo dicen todos en el equipo, no solo lo digo yo.” La cantidad de personas que coincidan con un juicio no lo hace más verdadero o falso. Es más, los juicios nunca llegan a ser “verdaderos o falsos” sino que a lo sumo serán “fundados” o “infundados”.
Muchos de los conflictos entre las personas ocurren porque creemos que nuestras opiniones, son verdades. Y a partir de ello, consideramos que son obvias, y que todos debiesen ver el mundo igual que nosotros.
¿Cuáles de tus opiniones asumís verdaderas sin mirar que tan sólo son tus opiniones? ¿Cuán fundamentadas están esas opiniones? ¿Ves posible empezar a observar la diferencia entre verdades y opiniones?
por Fabiana Mejalelaty